¿Es posible evitarlo? ¿Cómo sabré si está siendo rechazado?
¡Bienvenidos Nigromantes al blog de esta semana!
Hoy hablaremos acerca de los rechazos en una perforación. Qué son, cómo identificarlos, qué los causa, tratamientos…
Un piercing es la perforación de la piel para, posteriormente, introducir una pieza de joyería, usualmente de acero quirúrgico o de titanio, en casi cualquier parte del cuerpo, con el fin de que esta se regenere alrededor de la pieza. Teniendo en cuenta que es un cuerpo extraño y externo a nuestro organismo, cabe la posibilidad (aunque no es lo más común) de que ocurra un rechazo. En pocas palabras, que nuestro cuerpo intente expulsarlo por todos los medios en un intento de protección, ya que él no sabe que está hecho a propósito.
Un rechazo puede ocurrir semanas, meses e incluso años después de haber realizado una perforación. Pero, ¿Cómo identificarlo y distinguirlo de una infección o un queloide, por ejemplo?
El más claro indicativo es que la piel que se sitúa entre los orificios de entrada y salida se vuelve cada vez más delgada e, incluso, si no se trata adecuadamente, se puede llegar a ver la joya a través del tejido. También, los orificios se ven cada vez más grandes y la piel de alrededor comienza a verse roja y descamada. La pieza en general comienza a colgar de forma distinta también.
Parte del proceso de cicatrización incluye la tendencia a sellar ambos lados de una herida, es por esto que cuando sacamos la pieza, la perforación tiende a cerrarse rápidamente. Algunos de los factores que influyen en un rechazo son la propia genética, la zona a perforar (las zonas planas tienen más tendencia al rechazo), la propia forma y tamaño de la pieza si no es la correcta y sobre todo y ante todo, el material. Ha de ser de buena calidad SIEMPRE, para evitar cualquier problema. Es posible poner de primera puesta joyas de acero quirúrgico pero, la mejor opción siempre será el titanio de grado implante, pues es un material mucho más biocompatible, cicatriza más rápido y más fácilmente y no suele producir alergias.
Ante un posible rechazo o infección o cualquier otro problema, conforme aparecen los primeros síntomas, lo mejor es acudir a un profesional cualificado para que revise la perforación. Este en base a sus conocimientos te recomendará y te guiará para darte las mejores pautas a seguir y lidiar con el problema. Es muy importante seguir las recomendaciones de higiene y cuidados de tu perforación desde el momento en que la haces hasta que el profesional te aconseje, independientemente de que te deje de doler o se vea bien, la limpieza y cuidados se deben mantener.